Lo que se conoce popularmente como «azúcar en sangre» en realidad es «glucosa en sangre» y poco tiene que ver con comer dulces (aunque tiene cierta relación).
La glucosa es una sustancia que circula por tu sangre y que es importante para el ser humano y los corredores.
A continuación, te contaremos de una forma simple qué es la glucosa, cuál es su importancia y todo lo que un corredor debería saber.
QUÉ ES LA GLUCOSA
La glucosa es un monosacárido y es fuente de energía de cada una de las células de tu cuerpo.
Tu cuerpo necesita de niveles equilibrados de glucosa en sangre para abastecer de energía a todos los órganos. Esto es lo que se conoce como “azúcar en sangre” (aunque el término más apropiado es glucosa en sangre).
Si los niveles de glucosa en tu sangre son altos, tu cuerpo busca la forma de distribuirla y/o almacenarla; si los niveles son bajos buscará la forma de aumentarlos.
¿POR QUÉ AUMENTA/DISMINUYE LA GLUCOSA EN SANGRE?
Cuando consumes alimentos que contienen carbohidratos, al ser digeridos, aumentan los niveles de glucosa en torrente sanguíneo.
Allí, entra en acción el pancreas liberando insulina, la hormona que se encarga de sacarla fuera del flujo sanguíneo y llevarla a los órganos donde hace falta o almacenarlos en los músculos y el hígado en forma de glucógeno.
El exceso de glucosa en sangre, se almacena en forma de glucógeno en el hígado y los músculos.
Por otro lado, cuando los niveles de glucosa en sangre son bajos el pancreas libera glucagon, otra hormona importante.
La función del glucagón es aumentar los niveles de glucosa en sangre mediante dos procesos: glucogenolisis (convertir el glucógeno almacenado en el hígado y los músculos en glucosa) y la gluconeogénesis (la generación de glucosa mediante otras fuentes como los aminoácidos o el glicerol).
¿DONDE VA LA GLUCOSA QUE CIRCULA POR LA SANGRE?
La glucosa generada a partir de la comida que consumes circula por tu torrente sanguíneo. Se estima que, entre el 25% y 35% de los carbohidratos que consumes, son rápidamente retirados de la sangre y enviados al hígado.
El hígado es la más voluminosa de las vísceras y una de las más importantes por su actividad metabólica; procesa prácticamente todo lo que comemos, respiramos o absorbemos a través de la piel.
Al hígado se le atribuyen muchísimas funciones entre las que debemos destacar: a) interviene en la síntesis de proteínas plasmáticas; b) desintoxica la sangre al eliminar las sustancias que puedan resultar nocivas para el organismo, convirtiéndolas en inocuas; c) almacena vitaminas y glucógeno y d) segrega bilis (líquido que ayuda a la digestión).
Todas estas funciones son indispensables para el funcionamiento de nuestro cuerpo y en lo que respecta a corredores debemos agradecer a este órgano por transformar el alimento que ingerimos en energía, filtrar la sangre, almacenar vitaminas y glucógeno y mantener el balance de agua.
El 25 % de la glucosa que consumes irá a tus músculos y un 10% a los riñones. Entre el 15% y el 20% de lo que consumes irá a tu cerebro.
Al respecto vale decir que estos valores son aproximados y obtenidos en personas que no estaban en pleno movimiento. En corredores, es muy probable que el envío de glucosa a los músculos aumente mientras corres.
¿QUÉ PASA CON LA GLUCOSA EN TUS MÚSCULOS E HÍGADO?
La glucogénesis es la manera de tu cuerpo de almacenar la glucosa en forma de un polisacárido llamado glucógeno.
El glucógeno, presenta dos grandes beneficios: puede almacenarse de forma compacta en las células y se puede convertir rápidamente en glucosa y luego en energía.
El glucógeno muscular sirve únicamente para uso local por lo que solo puede ser utilizado como energía por el músculo donde se encuentra depositado; cuanto necesitas energía el glucógeno se degrada nuevamente a glucosa que queda disponible para el metabolismo energético.
Por otra parte, el glucógeno almacenado en tu hígado, cumple una función diferente, ya que asegura que los niveles de glucosa en sangre se mantengan estables.
Aunque esta distinción parece poco importante, es fundamental tenerla en cuenta: el glucógeno muscular sirve como energía para el músculo en donde se encuentra almacenado; el glucógeno hepático (el del hígado) sirve para mantener estables los niveles de glucosa en sangre.
Aunque no se suele tener en cuenta, el cerebro y el sistema nervioso, utilizan glucosa como fuente de energía. Como consecuencia de ello, los bajos niveles de glucosa en sangre (hipoglucemia) pueden resultar en una disminución del rendimiento.
Role of human liver, kidney, and skeletal muscle in postprandial glucose homeostasis. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11788375?dopt=Abstract