¿Duermes mal? ?Tienes sueño siempre? ¿Te sientes cansado todo el tiempo? ?Sientes dolores que no tienen explicación?
Si has respondido que SI a alguna de estas preguntas, debes leer este artículo!
A continuación, te contaremos los motivos por los que puedes estar sintiéndote con cansancio y sueño.
¿Por qué me siento cansado todo el tiempo?
Llegar a entrenar y sentir que te pesan la fatiga y el cansancio del día anterior es una sensación que en ocasiones se puede tener.
Sobre todo en las épocas más intensas de preparación, no es tan raro entrenar con fatiga.
Lo raro es que esta situación se produzca día tras día en una época cualquiera. Entonces es donde conviene más hacer una revisión.
Aunque cada caso tiene su contexto particular, hay una serie de causas que es más frecuente que se repitan ante esta situación de agotamiento.
La sensación que se percibe es una combinación de apatía, cansancio e incluso dolores.
Puedes encontrarte con qué de repente, entrenamientos que hacías de manera habitual sin suponer un grandísimo esfuerzo, te cuesten horrores.
Quizás experimentes una sensación de inapetencia cada vez que piensas en salir a entrenar.
O también puede pasar que sientas las piernas pesadas o dolor de rodillas o similar.
El caso es que de repente, te encuentres con sensaciones que apuntan más a la debilidad que al buen estado de forma.
En la mayoría de los casos, la causa más común, suele ser el exceso de entrenamiento.
Otra opción puede venir también por un déficit alimentario que en caso de corredores es frecuente que se dé en forma de anemia o falta de hierro.
Pero no es raro que alguien que venía entrenando prácticamente todos los días acabe cayendo en una situación así.
Puede ser un entrenamiento que en apariencia no sea muy duro y se limite a un rodaje cada día de 8 ó 10 kilómetros.
Lo que pasa que el ir acumulando kilómetros día tras día sin compensarlo con el descanso correspondiente, es fácil que te lleve a un sobreentrenamiento.
Es decir, tanto tu cuerpo como tu cabeza, si les metes más carga de la que pueden asimilar, acaban diciendo que no pueden más.
Para asimilar el trabajo está el descanso que es lo que permite que el músculo se recupere después de haber sufrido una situación de estrés (el estímulo del ejercicio).
Si no has permitido esta recuperación, el músculo va bajando de nivel al ir acumulando más y más estrés y llega un punto en que no puede responder al trabajo.
Mentalmente es algo similar. Entrenar no es sólo una cuestión física, la cabeza también juega un papel importante.
Tanto por tirar de ti para que salgas a entrenar, como para empujarte a completar el entrenamiento cuando el cansancio aprieta y parece que no puedes más.
Es probable que a un corredor, que disfruta corriendo, cuando se ve en esta situación de debilidad tienda a pensar que debe ser un tema de alimentación.
Pudiera ser una cuestión de falta de hierro ya que es algo a lo que los corredores somos propensos y que también tiene síntomas parecidos.
Notarías que te sientes más cansado y te cuesta más recuperarte de los entrenamientos.
Aunque no es descartable la falta de hierro, sí que creo que merece la pena hacer también una revisión del plan de entrenamiento.
La falta de hierro se puede detectar fácilmente con un análisis de sangre, pero para el sobreentrenamiento o esa situación de apatía y cansancio, conviene revisar qué entrenamiento hemos seguido.
Si ya se puede ver que hemos corrido todos los días, llevamos unas semanas entrenando todos los días o hemos metido más entrenamientos de calidad de lo acostumbrado, podemos sospechar.
Aquí sí que dependiendo de la trayectoria de cada uno, el exceso de entrenamiento lo marcarán unos parámetros u otros.
Es decir, un corredor profesional que dedicaba su mejor época a entrenar varias sesiones al día, si al retirarse sigue corriendo cada día pero menos distancia o un sólo entrenamiento, no llegará a esta mala situación.
Otra cosa es que un popular que lleve unos meses o menos de un año corriendo quiera entrenar todos los días.
Seguramente su cuerpo no estará preparado para asimilar tanto trabajo y será más fácil que se sobreentrene o caiga en estas malas sensaciones.
¿Cómo podemos evitarlo?
La mejor manera de evitar todo esto es seguir un entrenamiento planificado y compensado.
Esto no es sólo una clave para la mejora del rendimiento más eficiente sino también para no dar pasos atrás.
Pasarse de carga de entrenamiento nos estaría llevando a retroceder en nuestra mejora de rendimiento y vivir esas sensaciones de agotamiento.
En el caso de un corredor popular no resulta necesario e incluso sería mejor si lo evitamos, el hecho de correr todos los días.
Si a una rutina con un trabajo y otros compromisos que también nos desgastan le sumamos un entrenamiento diario, podemos complicarnos una correcta recuperación.
Para volver a exigirle a nuestro cuerpo y esperar una respuesta de él en cuanto a entrenamiento, hemos tenido que dejar que antes se recupere.
Sólo en el caso de corredores más experimentados o que llevan años con la costumbre de entrenar diariamente, podría ser sostenible este ritmo sin caer en un sobreentrenamiento.
Cabe la opción de que si alguien considera que el ejercicio diario le es necesario porque puede ser una vía de liberación de estrés o tiene cualquier otro motivo, pueda combinar el entrenamiento de correr con otro tipo de ejercicios o deportes.
La cuestión es que correr cada día o con mucha frecuencia machaca bastante nuestras articulaciones además de que estás haciendo trabajar siempre a los mismos músculos.
Una manera de darle descanso a esos músculos para que puedan recuperar es hacer ejercicio que involucre a otros grupos musculares.
Para esto sería recomendable hacer ejercicio sin impacto ya que corriendo ya sufrimos suficientes impactos. Buenas opciones son la bici, natación, yoga o treking, por ejemplo.
En cualquier caso, la mejor opción, es contar con un entrenamiento planificado en el que las cargas de trabajo estén compensadas y el descanso sea un también un aliado.