Correr en ayunas forma parte de mi rutina de entrenamientos semanales. Es un método de entrenamiento que me genera una serie de beneficios directos en mi rendimiento y que además me resulta sumamente práctico.
Hoy te quiero contar qué pasa dentro de mi cuerpo cuando hago un entrenamiento de 10k en ayunas.
Para mostrártelo, voy a usar un monitor continuo de glucosa, un dispositivo que nos ayudará a saber qué pasa con mi glucemia durante el entrenamiento en ayunas.
Qué relación hay entre la glucemia y el rendimiento deportivo de un runner
Antes de mostrarte exactamente qué paso dentro de mi cuerpo al correr en ayunas, me parece importante dejar en claro cuál es la relación que existe entre la glucemia y el rendimiento deportivo de un corredor.
Cuando hablo de glucemia me refiero a la concentración de glucosa en la sangre, la principal fuente de energía utilizada por nuestro cuerpo durante el ejercicio a altas intensidades.
Básicamente, mantener niveles adecuados de glucemia es crucial para el rendimiento óptimo. Si los niveles de glucemia son demasiado bajos, es posible sentirse fatigado y con ciertos niveles de debilidad. Básicamente, se produce una disminución en el rendimiento.
Es importante mantener un equilibrio en los niveles de glucemia antes, durante y después del ejercicio.
Explicado esto, veamos qué pasó con mi glucosa al correr en ayunas!
Esto pasa cuando salgo a correr 10k en ayunas! ¿Qué pasa si vas a correr en ayunas?
Como a veces una imagen vale más que mil palabras, te dejo un video donde te explico exactamente qué pasa cuando se hace ejercicio en ayunas.
Para realizar esta prueba, me desperté bien temprano, tomé un par de vasos de agua y empecé el entrenamiento.
Este entrenamiento en ayunas consistió en un rodaje suave de poco más de 1 hora en mi zona 2 de frecuencia cardíaca.
Los valores fueron bastante estables durante el entrenamiento. Como verás, correr en ayunas 10k a un ritmo lento no produjo bajadas en mi glucosa en sangre!
Pero esto no es todo lo que te quiero mostrar!
Empecé el desayuno aproximadamente media hora después. Comí unos huevos con un batido de espinaca, kale, semillas de chia y algunas uvas.
Después comí un sandwich de jamón serráno y queso gouda. Luego una tostada con queso y dulce de batata acompañada de un café cortado.
¿Sabés qué pasó con mi glucosa despues de ese desayuno con más de 40 gramos de carbohidratos? Prácticamente nada! Sin dudas, haber corrido en ayunas me ayudó pero también la forma en la que organizo mi desayuno.
Para los que no entienden de qué hablo, voy a intentar explicarlo fácilmente. Cuando comemos carbohidratos, la glucosa se eleva, tu cuerpo libera insulina y la glucosa debería bajar.
Aunque esto es normal y esperable, hay una buena cantidad de evidencias de que las subidas y bajadas de glucosa constantes y pronunciadas durante el día pueden ser perjudiciales para la salud.
Por eso intento minimizarlas lo más que puedo.
Antes de cerrar, es importante aclarar que estos valores y experiencias son completamente personales.
Si tenés alguna duda, dejame un comentario te leo.
Referencias
- Oscillating glucose is more deleterious to endothelial function and oxidative stress than mean glucose in normal and type 2 diabetic patients
- Inflammation, Oxidative Stress, and Obesity
- Effect of Postprandial Glucose Dips on Hunger and Energy Intake in 1102 Subjects in US and UK: The PREDICT 1 Study